Incendio en El Bolsón incontenible

Mientras los aviones hidrantes se cruzaban con los helicópteros entre las montañas y los bosques a bajísima altura, los focos de incendio comenzaban a verse cada vez más cerca desde la ruta nacional 40. Lo que a media mañana eran columnas de humo a lo lejos, fueron transformándose en llamas cada vez más cercanas. Pasadas las 17, la Gendarmería Nacional procedió a realizar un corte total de la ruta 40 entre Bariloche y El Bolsón. 

Un grupo de vecinos, con mirada angustiante, se acercaba al lugar con palas y baldes de agua. Poco después, llegaba una camioneta con una cisterna. 

“Estamos preparados porque vemos cómo el fuego va bajando de a poco. Tenemos miedo de que cruce la ruta porque de este lado, es todo bosque, están nuestras casas y la planta de gas, de modo que puede volar hasta El Bolsón”, explicó Claudio Straitas, que vive hace 35 años en el paraje Los Repollos, juntas a otras 8 familias.  

Durante toda la noche, los vecinos hicieron guardia para controlar que el fuego no avanzara hacia el oeste.

Con un ejército de brigadistas que trabaja incesantemente, El Bolsón enfrenta uno de los principales incendios forestales de los últimos 12 años. El fuego comenzó el domingo por la tarde en el ingreso de Cuesta de Ternero, un paraje rionegrino ubicado sobre la ruta Provincial 6, que une El Bolsón con la localidad chubutense de El Maitén. 

Las altas temperaturas y el viento hicieron que se propagara rápidamente y hasta el momento, se encuentra fuera de control, con casi 10.000 hectáreas afectadas.  El fuego ya arrasó con dos viviendas y dos galpones. En el último incendio de magnitud en ese mismo lugar, en 2009, se quemaron unas 2.000 hectáreas. 

Inés Barrientos, una vecina del barrio Mirador, el lugar donde arrancó el fuego y viven unas 86 familias, caminaba por la banquina de la ruta 40, sin dejar de observar el humo que salía del bosque. Sus hijos la ayudaban a cargar varios bidones de agua.  

“Fuimos a buscar agua para los vecinos que necesitan porque con el fuego se quemó todo y nos quedamos sin agua”, comentó la mujer. Y agregó: “Se comenta que empezó porque unos chicos comieron un asadito y dejaron todo prendido. El calor y el viento descontroló todo. Pero esto nos pasa todos los veranos. La gente no tiene cuidado. Quizás tiran una colilla de cigarrillo y después tenemos que lamentarnos”. 

Mientras tanto, una autobomba del Splif se detenía a un costado de la ruta y de otra camioneta, una decena de brigadistas bajaba con palas y motosierras. Con dificultad por la tierra seca, emprendían el ascenso por el empinado monte.  

“Este lugar es conocido como el Campo de Cobos, en el ingreso a Cuesta del Ternero. Son como 8 tramos de 25 metros. No paramos desde el domingo a la tarde pero además, tenemos focos aislados desde hace 15 días. El fuego no da tregua”, resumió uno de los brigadistas, mientras tomaba una de las mangueras y se disponía a trepar hasta uno de los focos.  

Javier Avendaño, un policía retirado de Chubut radicado en Cuesta del Ternero desde hace un año, se sumó a colaborar en la línea de fuego con los brigadistas. “Vivimos esto con una desesperación muy grande. Lo menos que podía hacer era venir a dar una mano. El fuego pasó muy cerca de las casas. El tema es que agarra estas enredaderas y arde como si fuera papel. Es una pena. Estos maitenes no se recuperan más”, dijo mientras volvía a tomar su machete para abrir camino. 

En el procedimiento intervienen unos 150 brigadistas. Además del Splif El Bolsón, se sumaron 10 efectivos de Bariloche, Bomberos Voluntarios, Defensa Civil y la Brigada del Servicio Provincial de Manejo del Fuego Chubut.  

El Servicio Federal de Manejo del Fuego, además de los 25 combatientes aportó los dos aviones hidrantes que cargaban agua en el aeródromo de El Bolsón -donde hay un tanque australiano- y dos helicópteros que recargaban en un pozón cercano a la Cascada de La Virgen. Las descargas de agua sobre las zonas afectadas eran de una exactitud llamativa.   

 

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