Bajo el título “Dejamos de ser invisibles”: la megainversión de YPF que le devuelve la esperanza a un pueblo derrotado; el diario porteño Clarin publica en la fecha una extensa nota realizada por el periodista Javier Firpo, sobre la actualidad en la ciudad rionegrina de Sierra Grande.
La ponemos a consideración de nuestros lectores:
Les cuesta a los habitantes de Sierra Grande que esta ciudad «invisible y abandonada» , como muchos dicen, con ánimo de pueblo golpeado por años de frustraciones, se convertirá «en la perla del Atlántico patagónico», según confiado los más optimistas, después de la impactante confirmación de YPF-Petronas , sobre la realización de una planta de Gas Natural Licuado (GNL), que permitirá exportar la producción de Vaca Muerta en estado líquido.
La primera impresión que transmite Sierra Grande, localidad de unos 12.000 habitantes, es de un llamativo deterioro que se advierte en sus rutas, calles, veredas y fachada. También en el rostro de sus pobladores, que padecen un alto desempleo. » No creo en nada, nos engañaron muchas veces» , es el comentario que se repite en cafés, bares y vía pública. También que es «un pueblo fantasma», quizás por eso de que no se ve a nadie caminando. Llama la atención la ausencia de niños, tal vez por las temperaturas bajo cero.
Clarín recorrió la zona patagónica que recibirá la inversión mas importante de la historia argentina: 30 mil millones de dólares . A 120 kilómetros al sur de Las Grutas y 140 al norte de Puerto Madryn, Sierra Grande se mantiene como una alternativa turística gracias a sus vírgenes Playas Doradas, que se encuentran a 30 kilómetros. Y desde allí, a unos minutos en auto, se llega a Punta Colorada, el punto elegido por YPF-Petronas para la construcción de la planta de GNL , que se estima su funcionamiento para 2031. Todo el pueblo está enterado de la noticia y hay sensaciones encontradas, porque no faltan los que se esperanzan y tampoco los que apelan al archivo de las decepciones.
Atravesada por la Ruta Nacional 3, Sierra Grande tuvo su esplendor en las décadas del 70 y 80, con la que fue la mina subterránea de hierro más importante de Sudamérica explotada por la empresa estatal Hierro Patagónico Sociedad Anónima Minera (HIPASAM), que le dio de comer a una por entonces ciudad que superaba que arañaba los 30.000 habitantes. La infraestructura era otra y la ciudad era un faro en la región, hasta que el ex presidente Carlos Menem decidió cerrarla en 1992 , dejando a centenares de familias en la calle.
La recesión hundió a Sierra Grande, que se fue despoblando, llegando a tener apenas dos mil residentes . En paralelo fueron creciendo al norte San Antonio Oeste y Las Grutas (Río Negro) y al sur Puerto Madryn (Chubut), las ciudades más cercanas, que fueron ganando protagonismo y recibiendo a muchos serranos que no se encontraban futuro en su lugar de origen.
Con el tiempo, Sierra Grande siguió recibiendo golpes de nocaut que desesperanzaban. La posible recuperación de la mina de hierro, que pasó a manos chinas para ser reactivada, pero fue sólo un amague y al día de hoy apenas trabajan 40 operarios que sólo hacen tareas de mantenimiento.
O la malograda inversión de la empresa australiana Fortescue, que desembolsaría más de 8.000 millones de dólares para generar hidrógeno verde a escala industrial y que hubiera generado 15.000 puestos de trabajo en forma directa . Los australianos reclamaron eximición de impuestos y estabilidad fiscal, que el ex presidente Alberto Fernández había aceptado en principio, pero finalmente no cumplió.
El hospital, que fue una referencia décadas atrás, hoy luce desmantelado, con apenas dos médicos clínicos.
«Estamos en carne viva», gráfica la docente Julieta Donoso. «La gente está escéptica, quiere confiar en que la inversión de GNL será una resurrección, pero no puede dejar de sentir la espada de Damocles ante tantos anuncios que ilusionaban y terminaron fracasando, por eso el descreimiento es comprensible. Hoy somos un pueblo olvidado, no tenemos médicos, no hay combustible para el patrullero de la comisaría, la informalidad es altísima y el desempleo alarmante».
Caminar por la avenida Novillo, principal arteria serrana, es el reflejo de las condiciones actuales del lugar: negocios cerrados, veredas descuidadas y pavimentos estropeados. «Ni siquiera hay una terminal de ómnibus . La parada es en el restorán Lo de José, donde también se compran los boletos», cuenta Romina, empleada gastronómica. No hay persona consultada que remarque que, al menos la mitad de su familia está en Puerto Madryn, Las Grutas o Trelew. «El pueblo te expulsa, no tiene nada para ofrecerte , ojalá que ahora esto cambie», desliza Matías, trabajador de una estación de servicio. «A la primera de cambio, yo me voy», hace saber.
El «gallego» Fernando Maggiori con su nueva maquina con la que podrá fabricar 7.000 adoquines por día». Foto: Maxi Failla
En su fábrica de adoquines, el Gallego, como todo el pueblo conoce a Fernando Maggiori (47), es un canto a la esperanza. » Me estoy preparando para lo que se viene, que será muy pero muy grande . Tengo una pyme con diez empleados a los que les insisto que se capaciten, porque de lo contrario se quedarán afuera de la movida que se viene. Esto de la planta de GNL, más el oleoducto que se viene construyendo, le devolverán la vida a Sierra Grande y yo quiero estar listo, porque el laburo nos desbordará».
Entusiasta, Maggiori guía a Clarín por su humilde taller y explica de manera didáctica lo que hacen sus empleados. «Acá fabricamos a mano adoquines artesanales para decorar veredas, pero también hacemos lisos para colocar en las calles, que están dinamitadas». Y con una sonrisa de par en par, presenta a su nueva criatura. «Mirá lo que es esto, me va a salvar». Le saca la funda y exhibe su vibrocompactadora neumática, por la que pagó 15 millones de pesos . «Te doy sólo este dato: hoy produzco 400 adoquines por día, con cuatro personas abocadas a esa labor. Esta máquina solita llegará a elaborar 7.000 adoquines para tránsito pesado «.
«Me puse a construir para ampliar el hotel porque esto va a desbordar», pronostica Oscar Gigena, dueño de la hostería Kosten. Foto: Maxi Failla
Oscar Gigena y Liliana Villano decidieron ampliar las instalaciones de su hostería Kosten sobre la ruta nacional. «Me parece que nos llegó el momento… Yo hice de todo, trabajé en un kiosco, manejé un remís y hasta trabajé en una empresa minera en Comodoro Rivadavia, donde viví varios años, pero hoy siento que el futuro está en mi Sierra. Grande. Esta vez se tiene que dar y tenemos que estar preparados, porque la ciudad se llenará de nuevos trabajadores, comerciantes y emprendedores, y ni hablar del turismo que vendrá».
Cuenta Gigena (43) que el anuncio de la planta de GNL más la continuidad de la construcción del segundo tramo del oleoducto «sacudirán la modorra del pueblo dentro de unos meses y empezaremos a ver otra realidad. En lo personal confío en que estamos empezando a vivir un punto de inflexión Hasta ahora no se ve nada, ni vamos a ver hasta dentro de unos meses , pero yo como dueño de un hospedaje apuesto todo a este lugar, por eso decidí ampliar las instalaciones.
La construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur comenzó en mayo su primer tramo entre Añelo (Neuquén) y Allen (Río Negro), y tendrá su segunda etapa hasta Punta Colorada a partir de noviembre , con lo cual Sierra Grande y sus trabajadores se verán beneficiados.
«Vuela la venta de terrenos»
«Estamos viviendo la semana más importante de los últimos veinte años en la vida de Sierra Grande», sentencian Ignacio Iturrioz, Francisco Grill y Verónica Poltronetti, agentes de venta de Vientos del Sur, la inmobiliaria que manda en esta zona del Atlántico patagónico. «Desde el anuncio que confirmaba la instalación de la planta de GNL, hace menos de diez días, los valores de las propiedades, terrenos y metro cuadrado se triplicaron , y todo pinta a que seguirá subiendo», puntualiza el martillero Iturrioz.
Los representantes de la . inmobiliaria Vientos del Sur aseguran que «Sierra Grande vive el momento más importante de los últimos veinte años». Foto: Maxi Failla
«Si un lote de 250 metros la semana pasada costaba 7.000 dólares, hoy vale 25.000. El aumento va acorde a la demanda, que creció exponencialmente. Es impresionante el interés de empresas y comerciantes particulares que piensan venir a radicarse en Sierra Grande» , destaca Poltronetti, que enumera: «Estamos vendiendo tres lotes por día, atendemos personalmente a cuatro empresas a diario aceptadas en desembarcar aquí y recibimos un promedio de cincuenta llamadas en nuestra oficina. No damos abasto».
Hacen saber que los servicios que más se ofrecen son empresas de transportes, de seguridad e higiene, hotelería y movimiento de suelos (excavaciones). «Es una locura lo que está pasando, aunque el pueblerino, todavía, no toma dimensión, porque por ahora es todo silencioso , pero esto en dos o tres meses, con la llegada del oleoducto, va a empezar a tener otro color. ¿De ¿Dónde son los mayores interesados? De Neuquén, Bahía Blanca, Puerto Madryn y Buenos Aires”, responde Francisco Grill, que pronostica. «Hoy se triplicaron los valores, el mes que viene podrían quintuplicarse».
Los agentes inmobiliarios pretenden acercarse al municipio para colaborar en un posible futuro ejido urbano. «Será fundamental determinar y separar lo que será la zona industrial de la residencial, para evitar el caos que sucedió en Añelo (Neuquén) con la instalación de Vaca Muerta», subraya Iturrioz. «Según los datos que manejamos, a partir de octubre o noviembre estarán trabajando 2.500 personas a las que habrá que darles hospedaje». Y se animan a pronosticar: «Sierra Grande será un boom en uno o dos años y dentro de cinco va a estar peleando mano a mano con Bariloche , acordate».
La intendenta Roxana Fernández, que lleva ocho meses en su gestión, tiene su agenda abarrotada de reuniones y viajes, pero se hizo un espacio para recibir a Clarín . «Yo recorro las calles y veo a un pueblo que está dividido en cuanto a los ecos de la noticia: están los que renovaron sus esperanzas, están los que no creen y también aquellos que, como mecanismo de defensa, prefieren no ilusionarse y quizás con razón , porque somos una comunidad que ha sufrido mucho».
«Nuestra prioridad es formalizar a todos los trabajadores de Sierra Grande para que tengan oportunidades», dice Roxana Fernández, la intendenta.
Fernández subraya que «el reciente anuncio de la puesta de la planta de GNL es un proyecto a más largo plazo y de una inversión y dimensión enormes. Pero lo que hoy Sierra Grande ya está viviendo es la construcción de la segunda parte del oleoducto, que Llegará a Punta Colorada, y en poco tiempo se verán las máquinas y el movimiento de suelos. Por eso desde el municipio, con el apoyo de la gobernación, estamos enfocándonos en las capacitaciones para los oficios que mayor salida laboral tendrán: electricistas, gasistas y. albañiles . Necesitamos que los trabajadores certifiquen sus saberes, que tengan un aval para poder conseguir trabajo».
La inscripción para esas capacitaciones que brindan profesionales del Ministerio de Educación provincial desbordaron y debían agregarse nuevos turnos. «Cada habitante se tiene que preparar, expandir sus conocimientos y ponerse a tono con la formalidad. Si quieres ser contratado, tenés que estar en regla, de lo contrario te quedarás afuera . A veces salir de la informalidad exige gastos, pero no tengo dudas. que valdrán la pena, será una inversión», expresa la jefa comunal, que insiste: «Yo insto a que se preparen. Si tenés un comercio, aggiornalo y mejorá el producto lo máximo posible Confío en que el serrano me sabrá comprender».
«Las capacitaciones para los distintos oficios desbordaron los cursos», afirma Claudia Zulatto, secretaria de trabajo. Foto: Maxi Failla
En su oficina en la Secretaría de Trabajo, Claudia Zulatto (56), habla de las expectativas que vuelca la gente. «Lo palpamos, lo percibimos y nos damos cuenta porque cuando anunciamos sobre las capacitaciones, la inscripción fue altísima. Y le dejamos en claro a la gente, que la prioridad será la mano de obra local, pero necesitamos que el trabajador esté lo más preparado posible para la primera obra, que es la construcción del oleoducto, que generará un despertar laboral importante».
La funcionaria no anda con vueltas y reconoce las carencias actuales. «El presente está plagado de necesidades. Hoy la precariedad es muy grande y no tenemos nada . Sierra Grande necesita todo, desde servicios de hotelería, pasando por gastronomía, comercios, salud y seguridad, hasta empresas de limpieza. Nos llena de esperanza advertir la cantidad de llamados que recibimos, de lugares como Salta y Jujuy, pasando por Córdoba, Mendoza y Buenos Aires, desde donde nos llegan propuestas para invertir. Dejamos de ser invisibles, hoy Sierra Grande está otra vez en el mapa».
Zulatto hace una comparación: «Somos alrededor de doce mil habitantes y se estima que en la etapa inicial de la planta de gas licuado se necesitarán alrededor de 10.000 puestos de trabajo. ¿Sabes lo que significa eso para este lugar? Por eso vemos que el pueblo respondió cuando se le pidió que se capacite: en una semana se anotaron 124 personas cuando el cupo previsto para la primera tanda era de entre 50-70 , con lo cual las expectativas están más que superadas. .
Dueña de una agencia de turismo, Gladys Antonio pronóstica «un verano en el que se acabará la tranquilidad de Playas Doradas», dice con una sonrisa. Foto: Maxi Failla
Estimulada con la cantidad de llamados que recibe, Gladys Antonio expresa su alegría por «la cantidad de consultas para alquilar o comprar lotes en Playas Doradas , a pocos kilómetros de Punta Colorada. Esto en el verano va a reventar de gente -augura-. Los «Interesado preguntan cómo es el lugar, si hay buenas playas, si hay conectividad… Creo que se terminará la tranquilidad , porque si algo caracteriza a nuestras arenas es que los que vienen lo hacen para desenchufarse», dice con una sonrisa la agente de turismo que da clases en el Instituto Técnico Superior de Sierra Grande.
Después de muchos sinsabores, Antonio piensa que «puede cambiar la suerte de Sierra, hay que creer, hay que confiar… Fijate hoy como está la ciudad, desmantelada… Los que más conocen del tema del GNL aseguran que dejamos de tocar fondo para empezar a subir y convertirnos en la perla del atlántico patagónico. El faro es Puerto Madryn, pero según las proyecciones nos pondremos en el tope de la región, nos merecemos una caricia alguna vez, el serrano está psicológicamente muy golpeado.
Aitana, Federica, Priscila y Ulises realizaron en el laboratorio una demostración con hidrocarburos ante Clarín. Foto: Maxi Failla
En la recorrida por Sierra Grande, nos sugerimos que no dejemos de visitar el Centro Educativo Técnico N°12, un colegio secundario que alberga 527 alumnos y quienes egresan salen con las herramientas suficientes como para poder trabajar en electromecánica o bioquímica . José Luis Burgos, su director, guía a este medio para conocer los rincones de un establecimiento educativo sofisticado, a la altura de ciudades de otra puerta.
«Es la escuela elegida por las familias de Sierra Grande y ciudades cercanas, porque de alguna manera garantiza un futuro laboral. Nuestros estudiantes pasan muchas horas en las aulas y luego van a hacer sus prácticas a los talleres y laboratorios, porque entienden que se están invirtiendo su tiempo para el futuro y que salir de aquí y trabajar en una empresa petrolera es posible . Hay entusiasmo de nuestros chicos, que tienen un sentido de pertenencia con el colegio, por eso casi nunca tenemos vacantes», explica Burgos seguir.
El director puntualiza que «gente de YPF se acercó a la escuela para establecer un vínculo y conocer la formación que están teniendo nuestros estudiantes y, especialmente, el perfil de los egresados, pensando en empleados a corto plazo . Una vez que se enteraron nuestros programas de estudio, nos invitaron a llevar a los estudiantes del último año a realizar una recorrida por Vaca Muerta, para que los chicos conozcan de verdad cómo funciona una planta de esa envergadura».
Empresario constructor que se mudó a Buenos Aires, Diego Nieto, tal vez, sintetiza el pensamiento de miles de serranos que se emigraron en los ’90, con el cierre de la mina de hierro. «Como muchos volveremos para invertir en un lugar que volverá a ser posible proyectar . A veces siento que fui expulsado de mi hogar, otras que nunca me fui, pero lo cierto es que jamás superé el desarraigo. Lo más importante es que siguen estando los amigos de toda la vida, que se los extraña como al viento helado, por eso siento que regresaré, pase lo que pase con mis negocios y con la prosperidad del pueblo».
Sierra Grande. Enviado especial
