La Policía de Cinco Saltos detuvo este lunes al profesor de Taekwondo que en abril de 2024 fue condenado a cuatro años y seis meses de prisión efectiva y a la inhabilitación especial perpetua para dictar clases de esa disciplina por manosear a una menor que era su alumna.
El fallo había sido ratificado por el Tribunal de Impugnación en junio del mismo año y luego por el Superior Tribunal de Justicia en el ámbito provincial. Y en los últimos días también lo confirmó la Corte Suprema de Justicia, por lo que el castigo quedó firme y debía quedar tras las rejas.
El arresto fue ordenado por el juez Julio Sueldo y se produjo durante un allanamiento concretado en su domicilio ubicado en proximidades de una de las rotondas de acceso a la ciudad.
Trascendió que la medida había sido dictada el miércoles de la semana pasada, pero que no lo habían podido ubicar. Por ese motivo los efectivos estaban autorizados para atraparlo en la vía pública o en el lugar en el que lo interceptaran.
Pero no hizo falta. Poco antes del mediodía de este lunes lo encontraron en su casa. Tenía que quedar alojado en una dependencia policial hasta que el Servicio Penitenciario Provincial defina el establecimiento carcelario donde comenzará a cumplir la sentencia.
Los hechos
Los hechos ocurrieron entre abril y junio de 2021 y luego entre septiembre y diciembre de 2022, cuando la niña tenía 8 y 9 años de edad, en una conocida institución social y cultural donde el hombre, identificado con las siglas RPR, daba clases de ese deporte.
Pero la chiquita dejó de asistir y les contó a sus padres que el “profe” como lo llamaba, la abusaba y además le decía frases lascivas.
Dijo que la abrazaba desde atrás y le tocaba la vagina y los pechos por encima y por abajo de ropa con “ánimo libidinoso” y que además le manifestaba “… sos mía”.
Con ese relato presentaron la denuncia y el instructor fue imputado por el delito de “abuso sexual simple agravado por ser el encargado de la educación de una menor”.
En el el juicio el tribunal valoró el testimonio de la niña en cámara Gesell, como también el de los padres que describieron el cambio de carácter que experimentó tras los hechos, al igual que profesionales médicos y de la OFAVI -Oficina de Atención a la Víctima- que le brindaron asistencia.
Se destacó lo que dijo su mamá: “antes era una niña alegre, tranquila y cariñosa. Después de lo que le pasó, tiene que dormir con la luz encendida, tiene pesadillas y vive angustiada”.
Con esos elementos de prueba resolvieron condenarlo a cuatro años y seis meses de prisión efectiva y a la inhabilitación especial perpetua para dictar clases de Taekwondo.
Testimonio de la menor
El abogado defensor Amador Muñoz apeló el fallo al sostener que RPR era inocente, como también se declaró él mismo. Sostuvo que el testimonio de la niña no era creíble y que había sido inducida por los padres.
Pero el Tribunal de Impugnación integrado por Miguel Cardella, María Rita Custet Llambí y Carlos Mussi confirmó la sentencia de primera instancia.
Concluyeron que lo declarado por la chiquita -prueba indiciaria fundamental en los casos de abuso infantil- resultó “creíble” y lo consideraron “claro y coherente de lo ocurrido, sin contradicciones fundamentales, con un lenguaje adecuado a su edad y carente de motivaciones secundarias para mentir o fabular y además consistente con la información adicional que se tiene del caso”.
La resolución de Impugnación también determinó que el docente de artes marciales también deberá hacerse cargo de los honorarios de su defensor y de la abogada querellante Carina Sotelo, que representó a los padres de la menor.