La investigación por el homicidio de Julián Dobra de la Canal avanzó a partir de una serie de datos clave: una fotografía compartida dentro de un penal, testimonios en el entorno de los imputados, seguimientos sobre un auto incendiado y vínculos entre personas unidas por conflictos personales y consumo de drogas. La fiscalía reconstruyó una trama que, según la acusación, culminó con el asesinato del joven, quien desapareció el 17 de abril en General Roca y fue hallado muerto días después.
Hoy se realizó durante gran parte de la tarde la audiencia de formulación de cargos en la Ciudad Judicial de Roca, que fue postergada en varias oportunidades y hasta pasado el atardecer aún no había finalizado. Estaba prevista para las 15 pero comenzó bastante después. Por esta razón, los padres de Julián no pudieron participar de la marcha organizada para hoy, que se realizó desde las 17. Familiares, amigos y vecinos de la ciudad de diversos sectores, recorrieron las calles con un único grito de dolor: «Justicia por Julián». Todos confluyeron en la sede la Justicia en Roca, para acompañar a la familia.
Tal como se informó, cinco personas quedaron imputadas por su presunta participación en el crimen.
Julio César Salgado, Leandro Gonzalo Navarro y Walter Fabián Méndez, junto con dos menores de 16 y 17 años, quedaron acusados como partícipes. Según la hipótesis principal, Julián mantenía un conflicto previo con Salgado, a quien acusaba de ingresar a su domicilio y de mantener una relación con su expareja. Por ese motivo, lo habría atacado con una pistola de balines días antes de desaparecer.
Allanamiento en el penal
La fiscal Belén Calarco indicó que Salgado se relacionaba con Navarro y con Méndez, quien además era amigo íntimo de Julián. Según señaló, Méndez era la persona que estaba todo el tiempo con él y habría tenido una participación decisiva en el homicidio. Durante la investigación, se indicó que mostró una expresión impasible cuando le preguntaron por la desaparición del joven.
La causa avanzó a partir de datos aportados por la pareja de otro detenido, se conoció además. Según ese testimonio, el hermano de Navarro, que se encontraba alojado en la Colonia Penal N° 5 de Roca, expresó preocupación al haber recibido una fotografía donde se veía a Navarro en el vehículo Suzuki Fun de Julián. A partir de esa información, las autoridades realizaron un allanamiento en el penal y secuestraron dos teléfonos celulares, se informó.
También surgieron versiones que indicaron que los adolescentes implicados circulaban en el automóvil de la víctima. La madre de uno de ellos aseguró que su hijo había adquirido el vehículo, aunque la fiscalía descartó esa versión. Todos los implicados mantenían algún tipo de vínculo con la víctima en un contexto de consumo de drogas.
Dos disparos en la cabeza
Según la reconstrucción del hecho, Julián fue atacado y sufrió un fuerte golpe en la espalda. Recibió dos disparos en la cabeza, aunque no murió de manera inmediata. La fiscalía sostuvo que agonizó antes de fallecer. Un balazo calibre 22 fue el que le provocó la lesión mortal al ingresar en el parietal derecho de la cabeza. Fue trasladado en su propio vehículo, que más tarde apareció incendiado en las afueras de Roca.
Los investigadores detectaron que varias motos acompañaron el trayecto del auto hasta el lugar donde se abandonó el cuerpo. Luego, esas mismas motocicletas regresaron por otra vía. Para la fiscalía, las cinco personas imputadas cumplieron distintos roles: participaron en el traslado, en el encubrimiento del crimen y en la quema del vehículo.
“El cuerpo fue dejado en las cercanías de donde luego apareció calcinado el automóvil. Lo mataron, lo dejaron agonizar y después intentaron borrar las pruebas”, sostuvo la fiscal durante la audiencia.
La acusación formal señaló que todos aportaron una colaboración esencial para que el crimen se llevara a cabo. En esta etapa del proceso, la fiscalía pidió que se mantenga la prisión preventiva de los adultos. El caso sigue en etapa de investigación preparatoria, con medidas pendientes y peritajes en curso.
