La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la empresa canadiense Candu Energy firmarán este jueves un acuerdo clave para reactivar la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP), ubicada en Arroyito.
Se trata de un memorando de entendimiento (MoU) que contempla que la firma canadiense consiga el financiamiento para poner nuevamente en funcionamiento la planta, inactiva desde 2017.
Según confirmaron fuentes oficiales el entendimiento establece que Candu Energy —propietaria de los derechos comerciales de los reactores CANDU— aportará los fondos necesarios a cambio de la producción futura de agua pesada.
La planta, propiedad de CNEA y operada por la Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería (ENSI), es la más grande del mundo en su tipo y la única de América.
La PIAP tiene una capacidad nominal de producción de 200 toneladas de óxido de deuterio por año, repartidas en dos líneas de 100 toneladas cada una. Todavía no está definido si la reactivación será total o parcial.
“Cada línea tiene una capacidad de diseño de 100 toneladas, pero en base a la experiencia previa, se estima una producción efectiva de 80 toneladas por línea”, explicó una fuente del sector.
Una oportunidad energética estratégica
Ubicada a la vera del río Limay, la planta fue puesta en conservación tras el cierre en 2017 por falta de demanda nacional e internacional. Pero la proyección de nuevas centrales CANDU en Canadá y otros países volvió a poner en agenda la necesidad de contar con grandes volúmenes de agua pesada.
El agua pesada —óxido de deuterio— es un insumo esencial para los reactores CANDU, que utilizan uranio natural como combustible.
Su uso como moderador y refrigerante permite mantener la reacción en cadena dentro del reactor. Como este material no se consume durante la operación normal, la demanda global está directamente ligada a la construcción de nuevos reactores.
Además del sector nuclear, otros rubros como la electrónica avanzada, la industria de semiconductores, pantallas OLED y la fibra óptica también están impulsando la demanda de deuterio para usos no nucleares.
El nuevo reactor canadiense y la clave neuquina
Candu Energy, que forma parte del grupo Atkins Realis, está desarrollando un nuevo reactor de 1000 MW llamado CANDU Monark. Cada unidad requeriría cerca de 1000 toneladas de agua pesada.
Ontario, principal provincia industrial de Canadá, proyecta alcanzar los 18.000 MW de energía nuclear para 2050 en el marco de sus políticas de descarbonización.
Actualmente, no existen plantas en América del Norte que produzcan agua pesada a escala industrial. Las instalaciones canadienses fueron desactivadas años atrás por su baja competitividad.
En este escenario, la planta neuquina se perfila como una opción estratégica y competitiva a nivel global.
Neuquén vuelve al mapa nuclear
Con esta reactivación, la provincia de Neuquén recuperaría un lugar central en la cadena de valor de la industria nuclear internacional.
La planta podría generar nuevos puestos de trabajo, encadenamientos productivos y posicionar al Alto Valle como un nodo clave en la transición energética global.
