Entre otras tantas cuestiones preocupantes que ha venido planteando el gobernador Weretilneck, hay dos últimas declaraciones que verdaderamente me alarman y tienen que ver con que, en defensa de su propia inacción, se refugia en tirar el problema para arriba sin siquiera buscar alternativas propias de cualquier gobernante que se precie de tal.
En una reciente entrevista el gobernador manifestó que “las provincias somos las que aportamos las riquezas y el destrato que tenemos hoy es muy difícil de soportar” y hace pocas horas aseguró que el Estado Nacional “no termina de generar una decisión” en relación a las rutas Nacionales 22 y 151 y que entonces le iniciará acciones legales porque no “le encuentra solución desde el punto de vista político”.
Justamente su falta de decisión, de planificación, de búsqueda de soluciones y definiciones políticas, es exactamente lo que más nos preocupa a una gran cantidad de habitantes de esta provincia que nos sentimos postergados, destratados, ignorados, por un gobierno provincial que debe hacerse cargo de las obligaciones que le competen, tirando la pelota para afuera, cuando debería estar al menos, ocupándose de brindarle salud, educación y seguridad a su gente.
Yo tengo una visión muy federal en la acción política y soy un férreo defensor del ejercicio equilibrado de una gestión de gobierno, por lo que también planteo situaciones que entiendo que son resorte de resolución del gobierno nacional con el que comulgo. Ejemplo de ello son los reiterados reclamos que he manifestado en persona en Buenos Aires y públicamente, para resolver las serias dificultades de nuestras rutas nacionales 151 y 22 para que se busque una solución que ya es impostergable.
Ahora, me parece oportuno que el gobernador en lugar de solo escupir para afuera, empiece por hacerse cargo de sus propios problemas que lamentablemente sufrimos todos los rionegrinos. Que empiece dando el ejemplo y se haga cargo de reparar las rutas provinciales como la 69 que une la 151 con Vaca Muerta, que son solo 10 kilómetros, en la que hace 18 años que no se hace nada. Por allí pasa todo el tránsito liviano y pesado que entra y sale de Vaca Muerta y al no tener el más mínimo mantenimiento está destruida.
En abril del 2024 el gobernador dijo que junto a su par de Neuquén presentarían propuestas para provincializar las rutas de Vaca Muerta, entre ellas la 151. Me puse a disposición para elaborar el proyecto y acompañar las gestiones ya que en el 2014 propuse la necesidad de concesionar el tramo de la 151, desde Puente Dique en 25 de Mayo hasta Cipolletti. Pasó un año y parece ser que todo quedó en un anuncio periodístico publicitario.
Le pregunto al gobernador: ¿se elaboró el proyecto, se presentó la propuesta, adónde la presentó, ¿cómo piensa hacerlo, con que recursos, la va a concesionar? Lo cierto es que si en estos 14 años que llevan gobernando no supo o no pudo pavimentar 10 kilómetros de una ruta propia, que está en el epicentro económico que le viene salvando las papas a su inacción, es muy difícil creerle que podrá hacerse cargo de solucionar los serios e históricos problemas de los más de 150 kilómetros de la 151 o de la interminable Ruta 22.
Las comparaciones a veces son odiosas, pero cómo es posible que el gobernador Figueroa haya conseguido que el gobierno nacional le traspase a la provincia de Neuquén los 33 kilómetros que unen el tercer puente con Senillosa y Weretilneck nos diga que por la 151 y la 22 se han agotado todas las instancias y no se obtuvo ninguna respuesta.
Señor gobernador no es que el gobierno de Milei esté ensañado con el interior como usted afirma; el gobierno de Milei pretende que los gobernantes aprendan a gobernar, a administrarse, a cuidar y defender sus recursos, a ser transparentes, a dejar de pedir y empezar a hacer, que no es ni más ni menos, lo que los rionegrinos pretendemos de usted.
