El presidente de Primero Río Negro, Ariel Rivero, afirmó este miércoles en Bariloche que “la disputa que mantienen vía redes sociales y en los medios de comunicación la diputada nacional y el legislador provincial en una pretendida “guerra mediática” huele a naftalina”.
Al ser consultado en un medio radial afirmó que “este tipo de acciones en las que los políticos o sus asesores se desesperan por ver quien aparece más en los medios o quien tiene más “me gusta” o “compartidos” es simplemente un proceso más de subestimación del ciudadano y afecta, una vez más, la credibilidad hacia la clase política”.
Reafirmó que “este tipo de acciones afecta negativamente la calidad del debate político y la confianza en las instituciones y lo que es peor no aporta ninguna solución a los conflictos que estos personajes pretenden hacer aparecer como que se están ocupando”.
Dijo Rivero que “quienes habitamos esta provincia, en mayor o menor medida, recorremos algunas de las rutas provinciales y nacionales y no es necesario que la diputada camuflada en un chaleco naranja fluo nos diga que “están así hace 16 años”, ni que el legislador conteste que “la 22 tiene desniveles de hasta 24 centímetros”. La verdad es que, si pretenden que los voten por tener tanta sagacidad, creo que van por mal camino”.
Cuando el periodista le señaló que tiene que haber una solución con el tema de las rutas, dijo “exacto, pero lo que pretendemos los ciudadanos rionegrinos es que, si está dentro de sus posibilidades, hagan algo para solucionar el tema que es muy grave, y, sino que se callen y ocupen su tiempo en otras cosas o demuestren su capacidad de trabajo e interés en la provincia haciendo otras cosas que para eso se les paga”.
Indicó que “en Primero Río Negro todos tenemos muy claro que los tiempos nos exigen orden, trabajo, planificación, respeto, consensos y principalmente cuando planteamos un problema, brindar cual creemos que sea la solución más conveniente”.
Finalmente, Rivero dijo que “por eso es que desde un primer momento acompañamos la idea de País de Javier Milei orientada a terminar con este ejercicio de la política con olor a naftalina, con discusiones estériles, con denunciadores seriales sin aportar la solución, o con personajes que tienen como principal objetivo un mezquino, interesado y obsceno crecimiento político personal”.